Del color de la leche
Nell Leyshon
Prólogo de Valeria Luiselli
Traducción de Mariano Peyrou
Ed. Sexto Piso, Madrid, 2013
ISBN: 9788415601340
“éste es mi libro y estoy escribiéndolo con mi propia mano.”
Con estas palabras
comienza Del color de la leche, una
magnífica novela de Nell Leyshon que no deja indiferente. La autora nos cuenta la historia de Mary, una
joven de quince años, a través de una primera persona que entraña una voz
narrativa sencilla, inocente, infantil. Porque Mary acaba de aprender a
escribir y, con gran orgullo, va a contar lo que le está pasando. Los lectores
asistimos emocionados no sólo a los hechos que se nos cuentan, sino al
envoltorio de palabras, frases, expresiones que desvelan la evolución de la
protagonista.
Del color de la leche está escrito haciendo un gran trabajo de
honestidad por parte de la autora, al
meterse en el pensamiento de una niña analfabeta de la Inglaterra rural de
1830, y llevándolo a la escritura en esa especie de diario, en el que las
estructuras sintácticas simples, sin mayúsculas, con puntuación dudosa,
evolucionan a lo largo de las páginas y, sin dejar de ser un tanto primitivas,
acompañan el viaje vivencial de la protagonista.
Puede que a algún lector no le guste la supuesta “incorrección”
del lenguaje de alguien que comienza a leer y a escribir. A mí me parece un
gran hallazgo y, sinceramente, me aporta mucho más que la novela clásica. Estoy
deseando encontrar obras así, en las que forma y contenido se aúnen para hacerte
pensar un poquito. La novela está estructurada siguiendo las estaciones del año: comienza
en primavera y acaba en la siguiente primavera. Mary, la protagonista, al comienzo de cada una de las estaciones, dirige
unas líneas a un supuesto lector antes de empezar a narrar los sucesos
cronológicamente. En esas líneas afirma siempre la veracidad del texto y que
está siendo escrito por ella misma. Sólo en la última primavera, anticipando el
final, Mary cambia el tiempo verbal:
“este es mi libro y
lo he estado escribiendo con mi propia mano.
he deletreado todas sus palabras. he
escrito todas sus letras.” (pág. 171)
Hay muchas cosas que me han gustado de este libro. Comenzaré
por hablar de algunas peculiaridades de su lenguaje. Ya he dicho al comienzo de
esta reseña que Mary escribe de una forma ingenua porque acaba de aprender. En
realidad, escribe como habla y eso se nota de varias formas: en las estructuras
sintácticas sencillas, comenzando de forma repetitiva por la conjunción “y”,
etc.
Este lenguaje suele envolver hechos sencillos y cotidianos pero también nos
deja percibir los sentimientos que viven detrás de las palabras:
“me duele la
mano otra vez y me duele la muñeca y no quiero contar esto.
no quiero
escribirlo.
no quiero
leerlo.” (pág. 111)
Las
descripciones y comparaciones son sorprendentes y hermosas:
“el otoño se
convirtió en invierno tan rápido que pensé
que me había perdido algunos días” (pág.
135)
“mi mente no
paraba de dar vueltas y no se quedaba quieta
porque era como una abeja en
verano.” ( pág. 123)
La
protagonista tiene un defecto físico y vive en un entorno rural en el que la
fuerza para trabajar lo es todo. Su relación con los demás personajes es
básica: al padre le tiene miedo; de la madre no espera obtener más que la
comida; con sus hermanas comparte la mala vida porque están en igualdad de
condiciones, salvo por su defecto físico. Sólo en la relación con el abuelo encontramos algo de humanidad. El abuelo la comprende, le tiene cariño y se relaciona con ella de una forma diferente (incluso por el lenguaje, ya que ambos se permiten emplear palabras "malsonantes"). En sus relaciones familiares, el abuelo es el único que le importa y que llegará a decir que está orgulloso de que su nieta sepa leer:
"él me miró un rato, y entonces dijo: cuando estabas leyendo eso,
me has hecho sentir orgulloso. sí, me dijo, sí." (pág. 166)
Mary es un personaje de una sinceridad aplastante:
“yo sólo
creo que digo la verdad.
tal vez
sólo que la
gente no quiere oírla
no siempre,no,
pero no
puedo ser de otra manera. Porque así es como soy. “ (pág. 102)
Dice lo que
piensa, incluso si le han hecho una pregunta por cortesía, contesta de verdad:
“él me pasó
mi taza. ¿quieres alguna otra cosa?
voy a probar
su pipa.” (pág. 114-115)
Además,
tiene una filosofía de vida práctica, posiblemente generada por la situación y
el ambiente en el que ha nacido:
“me preocupo
por muy pocas cosas si no puedo hacer nada, entonces
no me preocupo. si puedo
hacer algo, entonces lo arreglo y ya no
tengo que seguir preocupándome más.” (p.115)
Hay un eje
en la historia de Mary que se produce cuando va a servir a casa del vicario.
Aún no ha aprendido a leer y a escribir, pero su forma de ser, su capacidad de
trabajo y su sinceridad, cambian a todos los que viven en la casa:
“no sé, dijo
ella, qué hacíamos antes de que tú vinieras a vivir con nosotros.
supongo que
se apañaban.
creo que no
éramos tan felices.” (pág. 93)
Y otro
momento crucial es cuando aprende a leer y a escribir. El conocimiento le va a
traer a la vez la perdición y la salvación. No puedo explicarme mucho sin
desvelar el desenlace de la historia, así que no lo haré, pero si no hubiera
aprendido a leer y a escribir, posiblemente no se hubiesen dado las circunstancias
para “ser manipulada” a cambio del aprendizaje; por otro lado, es precisamente
el hecho de poder escribir lo que le permite contar la verdad de los hechos,
sea cual sea el final de su historia.
Aunque por
lo que estoy diciendo pudiera parecer una historia amable, también tiene sus
momentos duros. Por ejemplo, aunque no se puede mover después de
una paliza de su padre porque ha vuelto tarde por ver la puesta de sol dice:
“yo no podía
asentir con la cabeza, pero sí podía hablar.
ha valido la pena, le dije.” (pág.
39)
La última
parte de la novela, cuando las cosas cambian en casa del vicario, ella
también cambia. Ahora Mary puede leer y escribir pero su situación es cada vez
más tensa.
Tengo que
reconocer que, en esta última parte, estaba tan absorta en la lectura y tan
impresionada que no tomé más notas. Y
del final, no diré nada. Hay que leerlo.
Sinceramente,
hacía tiempo que no me encontraba con un libro que me hiciera pensar, que me
atrapase hasta no poder parar de leer y que, además, aportase un texto
original.
SINOPSIS DE LA EDITORIAL:
Elias Canetti escribió que en escasas ocasiones las personas
logran liberarse de las cadenas que las atan para, inmediatamente después,
quedar sujetas a otras nuevas. Mary, una niña de quince años que vive con su
familia en una granja de la Inglaterra rural de 1830, tiene el pelo del color
de la leche y nació con un defecto físico en una pierna, pero logra escapar momentáneamente
de su condena familiar cuando es enviada a trabajar como criada para cuidar a
la mujer del vicario, que está enferma. Entonces, tiene la oportunidad de
aprender a leer y escribir, de dejar de ver «sólo un montón de rayas negras» en
los libros. Sin embargo, conforme deja el mundo de las sombras, descubre que
las luces pueden resultar incluso más cegadoras, por eso, a Mary sólo le queda
el poder de contar su historia para tratar de encontrar sosiego en la palabra
escrita. En Del color de la leche, Nell Leyshon ha recreado con una belleza
trágica un microcosmos apabullante, poblado de personajes como el padre de
Mary, que maldice a la vida por no darle hijos varones; el abuelo, que se finge
enfermo para ver a su querida Mary una vez más; Edna, la criada del vicario que
guarda tres sudarios bajo la cama, uno para ella, y los otros para un marido y
un hijo que no tiene; todo ello, enmarcado por un entorno bucólico que fluye al
compás de las estaciones y las labores de la granja, que cobra vida con una
inocencia desgarradora gracias al empeño de Mary de dejar un testimonio escrito
del destino adquirido, al cual ya no tiene la posibilidad de renunciar.
Nell Leyshon nació en Glastonbury (Inglaterra). Novelista y
dramaturga, ha recibido numerosos premios. Su primera novela, Black Dirt
(2004), fue candidata al Orange Prize for Fiction y preseleccionada para el
Commonwealth Book Prize. En 2008 publicó Devotion. Ha sido galardonada con
Premio Evening Standard Theatre por su obra teatral Comfort Me With Apples y
Bedlam ha sido la primera obra escrita por una mujer para el Shakespeare’s
Globe Theatre. Además, recibió el Premio Richard Imison por su primera obra
teatral para la BBC Radio.
Si queréis saber más, pinchando aquí podéis ver una entrevista realizada a la autora en 20minutos.es con motivo de su intervención en el Hay Festival de Segovia
Y aquí os dejo un vídeo de una entrevista realizada por Fiction Uncovered (en inglés)