Astrid y Veronika
Linda Olsson
Editorial Salamandra, Barcelona, 2009
ISBN 978 84 98382433
Traducción de Gema Moral Bartolomé
Astrid y Veronika es la primera novela de la autora, Linda Olsson, y, como ella misma indica al final, surgió de un curso de escritura, como ejemplo de cómo se lleva a la práctica la teoría que ella impartía.
Astrid y Veronika es una novela en la que conoceremos a dos mujeres aparentemente muy distintas pero que llegarán a forjar una amistad sorprendente y curiosa. Verónika es una joven escritora que se refugia en una pequeña aldea sueca para intentar escribir un libro, mientras que Astrid es una anciana a punto de cumplir 80 años, que vive sola en la casa de al lado y que, debido a su soledad, es apodada "la bruja".
En un primer momento, no encontramos nada en común, pero al avanzar la novela, podremos establecer una serie de paralelismos en sus vidas: ambas han tenido dificultades en su infancia, con el amor, con la familia (no quiero especificar mucho, para no desvelar la trama...).
A base de flashbacks en los que cada una narra su pasado, nos iremos enterando de cómo han transcurrido sus vidas, mientras su amistad se va forjando poco a poco.
Hay una serie de temas que tienen un lugar primordial en la historia de ambas:
- la casa: a pesar de ser un "objeto", la casa se convierte en un ser animado, en un personaje importantísimo en la novela. Hay algunas citas que así lo corroboran:
"Ahora me alegro de que no haya nadie más. Sólo la casa y yo"
(pág. 40)
"Miró la casa de Astrid y, aunque no vio en ella signos de vida, el edificio en sí mismo le pareció vivo."
(pág. 190)
"Es una casa que necesita amor y felicidad, que la merece."
(pág.207)
- la música: es otro de los personajes secundarios que aparecen sutilmente, sin molestar, pero que están presentes a lo largo de la novela. Por ejemplo, cuando Astrid niña, en casa del abuelo, se entretenía jugando con el piano:
"Me sentaba en el taburete y dejaba que mis dedos interpretaran melodías imaginarias sobre la tapa."
(pág. 51)
O cuando Astrid recuerda las canciones infantiles:
"-Me gustaba mucho cantar- dijo al fin Astrid-. Mi madre solía cantarme canciones, pero yo no entendía la letra. Simplemente las absorbía, como hacen los niños."
(pág.63)
Incluso algunas piezas de música bien conocidas, como es el caso de la sonata de Brahms que oía la madre de Astrid y que juega un papel de banda sonora en algunas de las escenas:
" Después de cenar se quedaron sentadas escuchando música. Astrid puso el cedé de Brahms una sola vez.
- Una vez basta para una cena corriente."
(pág. 197)
La música se asocia a la vuelta a la vida, a la alegría, al cambio:
"La música. Hubo silencio, un silencio muy largo. Luego entraste tú en mi vida y me trajiste de vuelta la música"
(pág. 209)
- el silencio: en la última cita podemos ver como el silencio se asocia a los momentos malos de sus vidas, incluso como un elemento paralizador, que impide la comunicación con el mundo, que trae dolor:
Astrid:
" Los invitados se congregaron, se sirvieron bebidas, los violinistas tocaron, mientras yo lo veía todo girando en un silencioso torbellino. Sumido en un silencio sepulcral."
(pág. 83)
Veronika:
"Como el primer socorrista que se volvió hacia mí y luego gritó a los demás, o sus rápidos movimientos cuando echaron el bote salvavidas al agua y saltaron a bordo. Para mí, todo eso ocurrió en medio de un silencio absoluto y con una insoportable lentitud."
(pág. 138)
- la poesía: cada capítulo comienza con unos versos de un poema. Hay una lista de los poemas de los que se han extraído las citas al final del libro y, aunque algunos poetas nórdicos nos resultan bastante desconocidos, es interesante tener esas referencias.
Además de la importancia de estos versos iniciales (que recomiendo se lean seguidos), la poesía tiene una función propia dentro del texto. De vez en cuando, en sus paseos, Astrid y Veronika leen poemas y el título definitivo del libro que escribe Veronika será un verso de Karen Boye que Astrid le había enseñado.
- la amistad: es éste el tema principal de la novela. La amistad como salvación. En un principio, se puede decir que Astrid "salva" literalmente a Veronika y que luego ambas se salvan "metafóricamente" al desarrollar su amistad. Cambian muerte por vida:
"Tú me has abierto una nueva perspectiva. Has vuelto a sacarme a la brillante luz de la vida, me has abierto los ojos. Has hecho que el hielo se derrita. Y te estoy muy agradecida."
(pág. 206)
En cuanto a la forma de la novela, los capítulos no son demasiado largos, alternan el tiempo actual con los recuerdos de ambas mujeres. Cuando se trata de un capítulo de flashback comienza con el nombre de la narradora, para que no queden dudas.
Por otro lado, suele presentar una narración retrospectiva con expresiones del tipo: "déjame que te cuente como ocurrió" o "te voy a contar cómo fue", etc. al final del capítulo anterior, dándole un cierto toque de narración oral.
El ritmo es fluido y se lee con facilidad e interés.
Aunque es un texto traducido, no se nota, lo que quiere decirque es un buen trabajo por parte de la traductora, Gema Moral
Sinopsis de la editorial:
Para enfrentarse en soledad a una pérdida reciente, Veronika, una joven escritora, se instala en una casita de campo en una zona boscosa del interior de Suecia. En ese enclave donde reinan la paz y el silencio, su único contacto con el mundo es Astrid, una mujer taciturna que habita la única casa de los alrededores y con quien apenas intercambia un saludo de vez en cuando. En apariencia, las dos mujeres tienen poco en común: Veronika ronda la treintena, ha recorrido medio mundo y ahora busca la reclusión; Astrid, por el contrario, es anciana, nunca ha salido de su pueblo y no tiene quien la visite. Y sin embargo, a partir de una circunstancia imprevista, ambas inician una frágil relación que, a medida que el invierno deja paso a la primavera, va creando entre ellas un espacio de intimidad que les permite hablar de su pasado y sus recuerdos. Con la llegada de las primeras fresas silvestres, los secretos que atormentan a cada una de ellas saldrán a la luz, y su profunda y sincera amistad dará nuevo sentido a sus vidas
Linda Olsson nació en Estocolmo (Suecia), estudió Derecho, se casó, tiene tres hijos y trabajó en un banco. En 1986 empezó a viajar con su familia por Kenia, Singapur, Gra Bretaña y Japón. En 1990 se instaló en Nueva Zelanda y en 1993 se licenció en Literatura Anglogermánica en la Universidad de Victoria, en Wellington. Desde entonces, se dedica a escribir.
Astrid y Veronika es su primera novela y ha cosechado varios premios, como el de los libreros suecos, además de gozar del aplauso del público y de haber sido traducida a varios idiomas.
Para saber más sobre Linda Olsson, sobre sus otras novelas y sobre los personajes que le inspiraron Astrid y Veronika se puede consultar su página web: www.lindaolsson.net