miércoles, junio 24, 2009

LA CHICA QUE SOÑABA CON UNA CERILLA Y UN BIDÓN DE GASOLINA Y LA REINA EN EL PALACIO DE LAS CORRIENTES DE AIRE de Stieg Larsson



La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina de Stieg Larsson
Ed Destino, Barcelona, 2008
ISBN 9788423341009

La reina en el palacio de las corrientes de aire de Stieg Larsson
Ed. Destino, Barcelona, 2009
ISBN 9788423341610


Comienza la segunda parte de la trilogía de Millenium intrigándonos sobre quién es la voz narradora que, atada a una camilla, se estremece y odia profundamente el día que cumple 13 años.
En la 2ª y en la 3ª parte de su trilogía, Stieg Larsson plantea la resolución de todos los cabos (más o menos sueltos) que quedaron en la 1ª y, sobre todo, nos cuenta la historia de Salander. Hay que reconocer que esta obra, que ha cautivado al planeta, se lee con tal facilidad que devoras una hoja tras otra de sus aproximadamente 2500 páginas en total. Esto es curioso porque la obra se percibe como un todo, aunque quizá sea la 1ª parte la que se puede considerar una historia más cerrada en sí misma, mientras que La chica que soñaba con una cerillla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire son la explicación a los personajes y se pueden leer sin interrupción, ya que los hechos con los que se cierra la 2ª parte continúan impecablemente en la 3ª.
Al igual que en Los hombres que no amaban a las mujeres, la trama, que por momentos es bastante complicada, se resuelve al completo y todo queda claro y explicado. Incluso las líneas que quedan abiertas en la 2ª novela, se resolverán en la 3ª, para satisfacción del lector, que no se sentirá engañado.
El estilo de Larsson es el mismo: directo, intrigante, trabajado. Se puede ver un gran trabajo de documentación, que seguramente tiene que ver con la profesión de periodista que ejercía Stieg Larsson. Todo el entramado de corrupción (política y social) que se descubre en la Suecia actual descrita por el autor, parece estar apoyado en investigaciones reales. Así vemos que la Suecia idealizada por algunos europeos en los últimos años, puede ser también una sociedad en declive con su dosis de inhumanidad, egoismo, insolidaridad y falta de escrúpulos.
Los personajes principales son tan extremos que acabamos por considerarlos posibles y creíbles, tanto Lisbeth Salander como el alter ego del autor, Mikael Blomkvist. Ella reacciona de maneras imprevistas pero que cuadran con su personaje de "rara", asocial y extremadamente inteligente. El, tan sueco, nos puede resultar demasiado "perfecto", pero también tiene su dosis de falta de compromiso en las relaciones personales.
Algo que distingue a estas novelas es que sus personajes, al contrario que las tramas, no quedan para nada "cerrados", es decir, en cualquier momento, las cosas pueden ir bien o, sin ningún aviso, (como en la vida real) pueden ir a mal y el autor ni moraliza ni juzga, les deja a su aire, con su pequeña parcela de libertad. Si el lector busca finales estereotipados en las relaciones personales de los protagonistas, no las va a encontrar. Recordemos: son suecos. Quizá en esa mezcla de puzle bien construido en cuanto a las tramas y sorpresas con los personajes, radique parte de su encanto.
Tanto La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire son novelas que gustan, divierten y entretienen. Serán best-sellers, sí; pero de los buenos.

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