miércoles, abril 06, 2011

EL CLUB DE LOS OPTIMISTAS INCORREGIBLES de Jean-Michel Guenassia

El club de los optimistas incorregibles

Jean-Michel Guenassia

Ed. RBA Libros, Barcelona, 2010

ISBN 9788498678284

Traducción: María Teresa Gallego Urrutia

El club de los optimistas incorregibles es una novela de crecimiento, de evolución en la que nos encontramos con Michel, desde los 12 a los 17 años,  y con la que podremos seguir su proceso de maduración, la aparición del amor, el desarrollo de la amistad o el  resquebrajamiento de la familia, mientras encuentra apoyo en los amigos del club, aunque sean adultos. Michel no tiene amigos de su edad.
Los personajes están muy bien dibujados. Michel, narrador en primera persona, está muy bien creado.
Es una novela que contiene muchas pequeñas historias dentro, un mosaico de personajes que van mostrando sus propias vidas dentro de la progresión temporal que cuenta la historia de Michel. Eso sí, recurre mucho al flashback.
El club de los optimistas incorregibles es una historia de pérdidas y soledad, que nos muestra cómo Michel se va dando cuenta de que uno está solo en la vida: su padre se va; su familia está sin estar (su familia guarda las apariencias, pero que no se comunican); las chicas que le gustan le van dejando por diferentes razones; cuando el club desaparece, los amigos desaparecen; su hermano; Sacha, etc
Hay un tema que está tratado de una forma muy positiva: la lectura. De hecho, se citan muchas obras, clásicas y contemporáneas. La pasión por la lectura de Michel le lleva a ir  por la calle andando y leyendo a la vez, o a llegar tarde a clase por pararse por el camino para seguir leyendo.
Lo mismo se puede decir del cine: Michel descubre el gusto por el cine en la cinemateca entre cuya programación se citan muchos títulos interesantes. Otro de los temas que se tratan de forma positiva son los juegos como el futbolín o el ajedrez, que aparecen en segundo plano, pero son “salvavidas”.
El ambiente de la época está muy bien descrito: el instituto,  el primer cigarrillo, los futbolines, las faltas de asistencia al instituto (y los trucos para que sus padres no se enteren, etc.)
A lo largo de la novela, aparecen una serie de temas históricos de fondo: Francia en los años 60, en una época de prosperidad;  la guerra de Argelia;  los exiliados eslavos, apátridas; el muro de Berlín; la manipulación política de Stalin  (las fotos trucadas); la historia  de memorizar unos poemas prohibidos para que no caigan en el olvido ( en realidad, esto ocurrió con la mujer de un poeta ruso que memorizó los poemas de su marido para que no se perdieran);  los ideales que forjaron Mayo del 68, etc.
Según comenta el autor, el hecho de que Sartre y Kessel aparezcan asistiendo al club de los optimistas incorregibles, está basado en su experiencia personal, ya que les conoció siendo todavía un chaval.
Jean Michel Guenassia es un gran narrador. Se tiene la sensación de estar leyendo un clásico francés. Es una obra muy cuidada, con un buen ritmo narrativo que te absorbe tanto que si estás leyendo en el metro o el autobús, te puedes pasar de largo tu parada…
Y respecto al título hay  que decir que, a pesar de lo terrible de las historias personales de cada uno, los miembros del club son optimistas, aunque solo sea porque están vivos. Buen mensaje.
 Esta es una  crítica en el diario El País, realizada por José María Guelbenzu. 
Y esta es una entrevista, también  en El País. 
Y, por último, otra entrevista,  en el programa de rtve Página 2



Sinopsis de la novela, facilitada por la editorial RBA:

Michel Marini tenía doce años en 1959. Eran los tiempos del rock'n roll y de la guerra de Argelia. Él era fotógrafo aficionado, lector compulsivo y jugador de futbolín en el café Balto de la plaza de Denfert-Rochereau, en París. En la sala de atrás de ese café conoce a Igor, a Léonid, a Sacha, a Imré y a todos los demás. Eran hombres, que habían cruzado el telón de acero para salvar el pellejo; dejaron atrás sus amores y a su familia, traicionaron sus ideales y todo cuanto eran. Se encontraron en París, en ese club de ajedrez de la sala de atrás de un café por el que también iban Kessel y Sartre. Y los unió un terrible secreto que Michel acabó por descubrir. Ese encuentro le trastocó para siempre la vida al muchacho. Porque todos eran unos optimistas incorregibles. Retrato generacional, reconstrucción minuciosa de una época, crónica agridulce de una adolescencia: Jean-Michel Guenassia da en el clavo con esta primera novela, que asombra tanto por lo ambicioso del proyecto cuanto por la ráfaga de autenticidad que recorre estas páginas.

Sobre el autor (biografía facilitada por RBA)
Jean-Michel  Guenassia (Argel, 1950), abogado de formación y guionista de televisión de profesión, es autor de Pour cent millions (1986), aunque se considera El club de los optimistas incorregibles como su verdadera primera novela. Esta obra, a la que ha dedicado seis años y medio de su vida, le ha valido el Premio Goncourt des Lycéens 2009 y el aplauso unánime de la crítica y el público.

domingo, abril 03, 2011

SUNSET PARK de Paul Auster

Sunset Park

Paul Auster

Ed. Anagrama, Barcelona, 2010

ISBN9788433975461

Traducción de  Benito Gómez Ibáñez

Sunset Park es una novela que encierra muchas pequeñas historias dentro de ella, utilizando la  historia principal como nexo de unión.
La trama surge en torno a Miles, el protagonista que reúne en torno a sí a los demás personajes que, se conozcan o no entre ellos, tienen relación con él en algún momento.
Los personajes que crea Auster nos resultan muy reales, por sus problemas, por sus obsesiones, sus complejos, etc.
Este es un resumen de la trama, realizado por la editorial.
Pero junto al tema principal, encontramos otros temas de fondo
      · La crisis:
    ¾       económica: las casas hipotecadas, los okupas, el trabajo precario, etc.
¾       editorial
¾       de creatividad
¾       de la edad
¾       de la pareja
·         El sentimiento de culpa
·         La cobardía ante los problemas de la vida
·         El amor
·         La soledad
·         La muerte
·         Los libros, la literatura

El amor por los libros y la lectura está muy presente en toda la obra, la lectura como salvación:

“pero en el fondo los libros no son lujos sino necesidades, y la lectura es
 una adicción de la que no desea curarse”  pág. 13

Otra de las cosas que aparecen es la relación entre la vida y el arte. Los protagonistas en mayor o menor medida, tienen algo que ver con las artes: músicos, pintores, escritores, actores…

“Nunca ha sido capaz de determinar la línea que separa la vida 
del arte”   pág. 179

Y, relacionado con la literatura, el cine, etc.  la pasión por contar historias o escucharlas:

“…el tirón de las historias, siempre las historias, los miles, los millones de narraciones, y sin embargo uno nunca se cansa de ellas, siempre hay espacio en el cerebro para una más,…”  pág. 185

Todos somos heridos de una guerra que es la vida y dependiendo de cómo nos las arreglamos, maduramos más o menos.

“A menos que uno esté herido de alguna forma, jamás se hará hombre” 
pág. 173

Compara continuamente la vida, o lo que se está narrando en la novela, con la película “Los mejores años de nuestra vida”, en la que los soldados que vuelven de la guerra (con heridas reales o psicológicas) se enfrentan a la vida cotidiana, a su familia, etc. que ya no son como ellos los dejaron. Hay muchas similitudes entre las situaciones de los personajes y la película,  y alguno de los personajes está “casi” obsesionado con ella.
Respecto a los personajes, además del protagonista, Miles, me ha llamado mucho la atención el personaje del padre. En el capítulo central, titulado “Morris”, descubrimos que el padre se ha inventado a un personaje, Botellero, uno de esos vagabundos que llevan un carrito de supermercado por la calle, y está pensando en transformarse en él, como si de esa forma pudiera eludir las responsabilidades, el dolor, etc.
 En la última parte, cuando dedica un subcapítulo a Morris, Auster narra en 2ª persona “tú” cuando se trata de Morris y en 3ª cuando es “Botellero”, al que, por cierto,  pone traje  y obligaciones, como si se hubiera rendido ante los convencionalismos sociales, pero otorgándole la posibilidad de la transformación:

“Botellero se viste ahora con traje y corbata. Va a trabajar, paga las facturas y se ha convertido en ciudadano modélico. Pero Botellero sigue tocado de la cabeza, y por la noche, cuando el mundo se cierne sobre él, sigue poniéndose a cuatro patas para aullar a la luna.”  Pág. 252

Es un personaje que casi llega a repartir protagonismo con Miles. Diríamos que es un personaje querido por el autor, con todos sus problemas: la soledad del hombre mayor, la pérdida de las personas a las que ama, la fatalidad de que un acto irresponsable y fugaz,  realizado por dejarse llevar, haga mella tan profunda en su vida. Al igual que a su hijo, algo que ocurrió en un instante, un acto de descontrol (aunque de diferente tipo en cada uno: ira, apetito sexual) llega a marcarles una buena parte de su vida, llevándola por derroteros no queridos por ellos).
Quizá por ese “cariño” especial, es el único personaje al que Auster se dirige con “tú”, como sintiéndose identificado,  más cercano.

“pero no hay que soñar demasiado, las ideas de esa clase pueden plantar semillas venenosas en la cabeza, y es mejor abstenerse de escribir el futuro de otra persona, sobre todo si es tu hijo” pág.253

La estructura de los capítulos muestra una progresión:
  1.        “Miles Heller”: nos presenta al protagonista
  2.       “Bing Nathan y compañía”: los personajes relacionados con Miles
  3.      “Morris Heller”: el padre, importante personaje, por lo que le asigna una parte exclusiva.
  4.       “Todos”: para llegar al desenlace de la historia, en el que todos los personajes tienen algo que aportar aunque, por supuesto, termina con un subcapítulo dedicado a Miles Heller.

Auster es fiel a su estilo, a su forma de narrar que te deja sin respiración, con esa forma tan hábil de desgranar el pensamiento de los personajes, haciéndote comprender y sentir lo que pasa por sus cabezas. A mí, personalmente, es un estilo que me fascina y me absorbe. Tengo que reconocer que he disfrutado mucho con su lectura, saboreándola en el proceso, casi sin ganas de terminar, siendo consciente a cada momento de lo mucho que me gustaba.
 Este es un vídeo de Paul Auster leyendo un fragmento de Sunset Park: